Al haber dos versiones de la historia, vamos a empezar cronológicamente. En el año 1879, antes de comenzar la batalla y a pedido del Roca, Artemio Gramajo empezo a prepara una comida. Agarró unas papas negras, las pelo y corto bien finas junto a unas cebollas y unos trozos de jamón, los puso en una sartén de hierro con un poco de manteca, dejo pasar unos minutos y le agrego unos huevos batidos. Roca le pregunta que era lo que estaba comiendo mientras sonaban una y otras vez los cañonazos. Artemio le responde... ''mi revuelto General'', a lo que Roca medio aturdido por el tronar de los cañones pregunta: ''Revuelto Gramajo?''.
Según esta historia, desde ese entonces se llama así este plato.
Ahora bien, las dos historias son ciertas, pero la primera es la que se lleva los laures. Ya que fue un año antes y al estar en tierras remotas en medio de la batalla, no tuvo la oportunidad de difundirse. Entonces, al año siguiente, jugando a las cartas con colegas, decidió preparar ese revuelto que tanto le había gustado el General Julio Argentino Roca. Y en esta oportunidad si pudo ser difundido.
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